¿Cómo te aproximaste al personaje y qué significó para ti?
Para mí, Freddie Mercury representa lo que es para todo su público: una enorme inspiración con un espíritu revolucionario que pudo desarrollarse tal cual fue a toda su capacidad. Él venció cualquier estereotipo y se deshizo de toda costumbre en la forma en que vivió no sólo su música, sino su vida. Fue algo muy valiente. Busqué capturar su esencia en lugar de tratar de ser él, porque para mí eso habría sido imposible. Él es único, una fuerza de la naturaleza como nadie más. Yo quise encontrar la humanidad que le permitió ser tan vibrante y radiante.
¿Cómo te sentías antes de comenzar a filmar y cómo te sentiste el último día?
Me gusta prepararme. La investigación es casi siempre una de mis partes favoritas del proceso, pero en esta ocasión desde el día uno fue algo totalmente diferente. Estar en el Live Aid el primer día me mantuvo despierto toda la noche. Bryan Singer preparó todo desde antes y fue un reto para él recrear ese concierto, así como para mí fue interpretarlo. Ha sido un proceso maravilloso. Sabía que iba a ser un gran reto comenzar filmando el Live Aid y lo fue. Recrear lo que podría ser considerado el mejor concierto en la historia es algo que pondría nervioso a cualquiera. ¿Y cuando terminamos la película? No lograba entender lo que habíamos completado. Sentía sólo la esperanza de haberle rendido homenaje a Freddie Mercury y haberle hecho justicia a su legado.
Me fijé en David Bowie, Mick Jagger, Jimi Hendrix y Aretha Franklin tanto como en Freddie Mercury. Inspirarme en personas que él mismo admiró me ayudó a entenderlo. –Rami Malek
¿Bohemian Rhapsody servirá para que conozcamos a Freddie Mercury, la persona?
Creo que sí. Lo que me fascina de Freddie es que la música formó parte importante de él, pero además tiene muchos otros aspectos igual de interesantes. Es un hombre que nació en Zanzíbar, Tanzania, que fue a la escuela en Bombay y que al regresar a su hogar en Zanzíbar se encontró una revolución nacional, así que tuvo que volar a Inglaterra casi en secreto con su familia. Se trata de una historia de inmigrantes de orígenes humildes, en búsqueda de una identidad. Fue una vida complicada para alguien tan joven, así que sólo eso ya ofrece un mundo de interés para cualquiera que quiera investigar.
Y luego la yuxtaposición de este hombre tímido e introvertido con alguien envalentonado que podía conectar con miles de personas. Incluso mucho antes de siquiera abrir la boca. El poder y carisma que expresaba en todo momento eran como los de ningún otro intérprete en la historia. Es fascinante pensar en un ser humano como ése, una investigación fascinante que debe verse en pantalla grande.
Y en cuanto a sus movimientos físicos, ¿cómo te preparaste para encarnar a una leyenda como el vocalista de Queen?
Al principio pensé en buscar a coreógrafos y conocí a un par, pero me di cuenta de que ésa no era la forma en que quería hacerlo. Lo que deseaba en verdad era descubrir la manera en que se movía, cómo lo hacía. Traté de descubrirlo pero sin la coreografía, porque Mercury no era alguien con una regla rítmica de “5, 6, 7 y 8”. Así que busqué un coach de movimiento en lugar de un coreógrafo, porque leí que Eddie Redmayne usó uno para La teoría del todo [dirigida por James Marsh] y eso salió muy bien (ríe). Así que durante un mes vi muy pocos conciertos de Freddie: en su lugar veía entrevistas fijándome en sus movimientos físicos, en su contacto visual, cuándo decidía usar esa valentía. Sus movimientos y características, la forma en que hablaba, todo estaba basado en su herencia, en su forma de ser, todo aquello que la gente amaba. Me fijé en David Bowie, Mick Jagger, Jimi Hendrix y Aretha Franklin tanto como en Mercury, porque el verlo nada más a él habría sido casi como copiarlo. Inspirarme también en personas que él mismo admiró me ayudó a entenderlo.
¿A quién vamos a escuchar en Bohemian Rhapsody al final?
Cada vez que vean a Freddie cantar en la película, o en este caso a Rami, quiero que sepan que yo di lo mejor de mí ese día. Pero es mi esperanza que la brillante voz del talento que era Mercury sea la que escuchen. Una de las mejores cosas que obtuvimos al trabajar de la mano de Queen fue acceso a pistas muy raras que sólo ellos tienen. Si Brian May y Roger Taylor llegan a tu set con grabaciones de Freddie Mercury intentando cantar Bohemian Rhapsody por primera vez, creo que lo mejor es que las utilices.