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La gloria de un buen adversario enero 3, 2019 4 min.

Nada como la incansable búsqueda de un adversario poderoso. Desde su etapa infantil en Dragon Ball, el protagonista Son Gokú ha demostrado a una generación de adeptos al manga y al anime que la plenitud y el triunfo más grandes no se consiguen simplemente con ganar un torneo à la Karate Kid: se conquistan al enfrentarse a adversarios cada vez más poderosos. Gokú ha aprovechado a todos para entrenar duro, aprender de ellos y vencerlos. Con cada rival, el pequeño niño saiyajin creció en edad y experiencia guerrera –aunque no necesariamente en madurez– y se transformó con el tiempo en el peleador más poderoso.

Incluso logró varias veces convertir a uno que otro contrincante en un poderoso aliado, y hasta en un buen amigo. Así fueron formándose los Guerreros Z: conforme se iban presentando los 291 episodios del anime Dragon Ball Z (además de 153 de la primera etapa), el grupo de amigos se fue haciendo más grande, al punto de convertirse en una familia de lazos complejos. Gokú es padre de dos chicos, el otrora villano Vegeta es esposo de Bulma y padre de Trunks, el exrey de los demonios, Piccolo, es el sensei y padre adoptivo de Gohan, y el mismísimo Krillin –amigo leal de Gokú– es marido de una hermosa androide exgenocida y padre de una linda pequeña. Y mientras todo esto pasaba en aquel lado de la pantalla, aquella generación de niños y jóvenes también nos convertimos en padres, tíos y abuelos, pasando la estafeta a una nueva generación, que ahora disfrutará de la película número 20 de la saga.

En 2013, la película Dragon Ball Z: La batalla de los dioses no sólo trajo de vuelta a Gokú y sus amigos después de años de ausencia, sino también marcó el regreso del creador Akira Toriyama a la saga.

El éxito mundial de la cinta causó que Toriyama y Toei Animation estrenaran otra película dos años después: La resurrección de Freezer, para luego llevar de vuelta la saga a la TV con la serie Dragon Ball Super. Una vez concluida –al menos por ahora–, esta nueva entrega televisiva presta el nombre a su primera película: Dragon Ball Super: Broly, que llegó a salas de cine en Japón en diciembre. Sin revelar ningún spoiler, es importante decir que, aunque la cinta ocurre después de la conclusión de la serie, poco o nada tiene que ver con la revelación de 12 universos existentes en la franquicia. La trama usará solamente los elementos de las enormes esferas universales y hará un guiño a un peculiar modo “berserk” alcanzado por una saiyajin de un universo paralelo, durante una de las batallas clave del programa.

Cuando Toriyama y Toei Animation presentaron la hazaña de esta joven saiyajin en Dragon Ball Super, los fans lo percibieron como un guiño a una trilogía pasada; una serie de películas centradas en un personaje llamado Broly, un saiyajin rebelde y muy poderoso, caracterizado por lograr proezas similares.

Broly es un nuevo reto, el adversario que traerá consigo la gloria de la batalla y que, según nuestras teorías, también podría detonar el nacimiento de un posible nuevo aliado.

El resultado fue el esperado: motivados por dicha secuencia de la serie, las legiones de seguidores exigieron entonces que Broly se convirtiera en canon, situación que detonó el inicio del proyecto fílmico. Toriyama se dio a la tarea de ver aquella trilogía de películas, rediseñó algunas cosas, ajustó otras, y aprovechó para contar de manera correcta el origen no sólo de él, sino de Vegeta y Gokú. Y eso es lo que veremos en la butaca: un adversario ligado al pasado de Kakaroto, pero mucho más poderoso que él. Broly es un nuevo reto, el rival que traerá consigo la gloria de la batalla y que, según nuestras teorías –y tomando en cuenta la habilidad de Gokú para hacer amigos–, también podría desencadenar el nacimiento de un posible nuevo aliado. Su presencia tiene el potencial para incrementar la base de fans de la saga, tan sólo con esos 90 minutos repletos de acción, grandes batallas y animación épica a cargo de Naohiro Shintani (One Piece), uno de los mejores animadores de Japón actualmente.

El universo de Gokú tiende a preocupar al amigo, al novio, a la novia o al cónyuge que acompaña al fan a las salas de cine, pues teme aburrirse o no entender nada de la película. Sin embargo, Dragon Ball Super: Broly ha sido diseñada para el disfrute de todas las audiencias y con la firme intención de hacer de todos unos fanáticos de Gokú. Lo importante es que esta cinta número 20 deja claro una vez más el “poder saiyajin legendario” de los fans de Dragon Ball, quienes parecen trabajar de la mano de Toriyama para moldear la saga. En 2013 fueron ellos con su movimiento en redes sociales los que trajeron a La batalla de los dioses con su doblaje latino original. Esta vez, su pasión se expresó con tal fuerza y con una magnitud tan global, que ahora tenemos un gran personaje de vuelta y, dicen las leyendas, quizá para quedarse permanentemente en la saga. ¡Venga un kamehameha!

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