Login

¡Hasta siempre, true believer! diciembre 5, 2018 3 min.

Los registros oficiales dicen que Stanley Martin Lieber –aquel que el mundo conocería como Stan Lee– nació un 28 de diciembre de 1922 en Manhattan, una ciudad que le serviría como escenario para las grandes aventuras que imaginaría. El joven soñaba con convertirse en escritor, así que luego de dedicarse un rato a trabajos como ayudante de oficina –y vendedor de suscripciones de periódico–, fue contratado en una pequeña empresa editorial llamada Timely Comics, que en 1961 cambiaría su nombre a Marvel Comics.

Me avergonzaba porque sólo escribía cómics mientras otros construían puentes o hacían carreras médicas.

Le diría el autor años después a The Washington Post. “Pero entonces empecé a percatarme: el entretenimiento es una de las cosas más importantes en la vida […]. Si eres capaz de hacerlo, estás haciendo algo bueno”. Su historia de origen comenzó con la Segunda Guerra Mundial. El conflicto le valió su primer trabajo importante en mayo de 1941: escribir la historia del número 3 de Captain America Comics, llamada Captain America Foils the Traitor’s Revenge. Al hacerlo, Lieber aún se sentía apenado por la aparente trivialidad de su trabajo, así que inventó su primera identidad secreta y se la quedó por el resto de su vida: Stan Lee.

Su revolución del cómic

El éxito de Stan Lee nunca radicó en los poderes de sus personajes, sino en la premisa básica al centro de todas sus historias: los héroes nos muestran que no necesitas ser perfecto para hacer lo correcto, ni tampoco necesitas ser parte de lo establecido o del statu quo para impactar el mundo. Está bien ser vulnerable: aunque son héroes, siguen siendo humanos y, muchos de ellos, marginados. Esta ideología representó una auténtica revolución en los cómics, una industria que batalló mucho por sobrevivir tras la Segunda Guerra Mundial, hasta que el Generalísimo convirtió a sus protagonistas en símbolos sociales.

El psicólogo especializado en héroes fantásticos, Travis Langley, aseguró en Psychology Today que el creador de Spider-Man siempre se especializó en las historias “más profundas, que representaban algo tanto de manera abierta, como encubierta […]. Este tipo de representaciones pueden ser deliberadas o accidentales, conscientes o inconscientes. Simbólicamente, las intenciones no importan tanto si el trabajo habla a sus audiencias de modos inesperados”. ¡Y vaya que lo ha hecho! El Hombre Araña simboliza las inseguridades de la gente; Tony Stark es una ironía bélica; Matt Murdock refleja la dualidad entre el bien y el mal; los mutantes espejean los estigmas sociales. Este realismo fue complementado con arcos desarrollados en nuestro mundo y que capturaban preocupaciones propias de la época: conflictos bélicos, miedos nucleares, crisis políticas. Ésta es una tendencia que Marvel ha mantenido a lo largo del siglo XXI, con sus vigilantes ayudando al rescate de víctimas en el 9/11, combatiendo en Afganistán o incluso enfrentando la tiranía de un mecanizado Donald Trump.

¡Excelsior!

Stan Lee suele ser descrito como el padre de Spider-Man, The Fantastic Four, The X-Men, y muchos otros. Resulta especialmente significativo, en este sentido, que su partida llegara justo cuando sus hijos están emprendiendo el salto hacia la madurez absoluta. Tras varios años de incertidumbre, Marvel goza de estupenda salud bajo el manto de The Walt Disney Company. Parte de ello se debe a las adaptaciones cinematográficas por las que Stan Lee luchó tanto y que se acercan cada vez más hacia un encuentro definitivo. El MCU enfrentará un momento decisivo tras Avengers 4 –que irónicamente marcará el último gran cameo del Generalísimo–: no sólo se cuenta ya con Spider-Man como parte de este universo, sino que en el horizonte se avistan las incorporaciones de los X-Men y los Cuatro Fantásticos tras la adquisición de Fox.

Los héroes de Stan Lee nos muestran que no necesitas ser perfecto ni parte del statu quo para hacer lo correcto.

Hace apenas unos años, Stan Lee explicó su filosofía en en entrevista con Playboy su filosofía: “Mi lema es ‘Excelsior’. Es una palabra antigua que significa ‘arriba y adelante hacia una gloria mayor’. Sigue avanzando, y si es hora de irse, es hora. Nada dura para siempre”. Aunque el creador murió en nuestro universo, su legado seguirá en sus historias, sus personajes y en el recuerdo de sus millones de aficionados. Si miramos un poco más de cerca, quizás alguna vez lo descubramos al interior de un cómic, luchando como siempre por dar alegría y esperanza a un mundo que tanto lo necesita.

Más artículos

Leer

Super Saiyajines de la voz 0 min.

Leer

La gloria de un buen adversario 4 min.

Leer

Esenciales del mes: Lo más esperado en pantallas 0 min.

Leer

Creed 2: La revancha contra Drago 2 min.

Leer

Una chica y su auto 5 min.

Nuestras Marcas