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Halloween: El segundo regreso a casa octubre 5, 2018 7 min.

En 1978, armado sólo de talento, $300 mil dólares y un crew joven y entusiasta, John Carpenter consiguió crear Halloween, el que es quizás el filme más influyente del horror norteamericano. De la misma manera en que Psicosis (1960) se convertiría en el parteaguas del horror moderno, el género no volvería a ser el mismo después de esa noche en que Michael Myers escapó del sanatorio en el que había estado recluido desde que asesinó a su hermana 15 años atrás… la noche en que volvió a casa.

Si bien películas como Residencia macabra (1974), la misma Psicosis o clásicos del cine de explotación como La masacre de Texas (1974) respondían ya a las narrativas del llamado slasher, la cinta de Carpenter terminaría de establecer convenciones del género, como la del asesino enmascarado –herencia del género giallo italiano–, la ola de crímenes en el día de una celebración o el aniversario de una tragedia y, claro, la “final girl”, la única capaz de burlar al asesino y sobrevivir. Y ahora está de regreso.

No está solo: de la ensangrentada mano de Myers –encarnado de nuevo por Nick Castle en un cameo–, está no sólo Carpenter sino Jamie Lee Curtis, la final girl original. “Cuando leímos el guion de David Gordon Green dijimos: ‘¡Ah! ¡Laurie Strode sale aquí! Y Laurie sólo hay una'», dice Ryan Turek, coproductor de la nueva cinta que cayó en las manos de Green como director. “¡David y Jamie fueron a almorzar, y mientras ella leía el guion, Jason Blum y Malek Akkad [productores] hablaban con Carpenter, para que fuera productor ejecutivo y encargado de la música!”.

Sí… es un nuevo comienzo.

Ahí viene el Coco…

La historia cuenta que luego de ver Masacre en la crujía 13 (1976) en el Festival de Milán, el productor Irwin Yablans ofreció a Carpenter y a Debra Hill –entonces su pareja– esos $325,000 dólares aportados por Moustapha Akkad para hacer una película sobre un asesino de niñeras. Titulada en un inicio The Babysitter Murders, Halloween fue filmada en pleno verano y en California: el presupuesto obligaría a Carpenter y a Tommy Lee Wallace, el director de arte, a pintar de ocre hojas compradas en una tienda de decoración –que luego recogían, al final de cada escena–, así como a improvisar la máscara de Myers: una careta del Capitán Kirk de Star Trek, comprada por $1.98 dólares y pintada de blanco. En ella apenas se reconoce a William Shatner.

Lo que habita detrás de esa máscara, esa mueca reconocible pero vacante de toda humanidad, es monstruoso. “Me dijeron que no quedaba nada”, diría el personaje del Dr. Sam Loomis, interpretado en la saga por Donald Pleasence. “Ni razón, ni consciencia, ni el más rudimentario entendimiento de la vida o la muerte, el bien o el mal”. Para Loomis, lo que hay detrás de esos ojos negros –los ojos del diablo– es simplemente maligno: el Coco. La escena final, en la que Loomis le vacía el revólver a Myers sólo para descubrir, tras caer por la baranda, que el cuerpo no está ahí, haría de Michael Myers una entidad de proporciones míticas.

En realidad, Carpenter nunca quiso hacer de Michael o de Halloween la imparable máquina de matar –y de hacer dinero– en la que se convertiría. Y aun así, a la original habría de seguirle Halloween II (1981), una continuación directa protagonizada de nuevo por Curtis, escrita y producida por él y Debra Hill, pero dirigida por Rick Rosenthal ante su negativa de hacer “otra vez la película que ya había hecho”. Después, en 1982 se estrenaría Halloween III: El imperio de las brujas, un intento de Carpenter de convertir la franquicia en una antología de historias de terror que tendrían lugar durante la Noche de Brujas… pero en la que Myers estuvo ausente.

Esta tercera cinta resultó un fracaso, pero recaudaría suficiente taquilla como para asegurar cuatro secuelas más entre 1988 y 2002. A Halloween 4: El regreso de Michael Myers seguirían Halloween 5 (1989) y Halloween 6: La maldición de Michael Myers (1995), en la que se revela que el villano es víctima de una maldición que lo obliga a matar a su familia. Cuando Dimension Films le propuso a Rob Zombie hacer un remake en 2006, el director de House of 1000 Corpses (2003) habría de cometer el mismo error de todas ellas: tratar de entender a Michael Myers.

Cuando leímos el guion de David Gordon Green dijimos: ‘¡Ah! ¡Laurie Strode sale aquí! Y Laurie sólo hay una'». –Ryan Turek, productor

El regreso de John Carpenter

Lo cierto es que Zombie buscó tener la bendición de Carpenter. Éste último, a su vez, sólo le pidió que “hiciera su propia película”, así que eso fue justo lo que hizo con el remake, y con la secuela que estrenaría dos años después: Halloween II (2009). Tal vez sea por ello que, cuando se anunció la nueva aproximación de David Gordon Green, la mayor sorpresa no fue que Carpenter se encontrara a bordo a nivel creativo, sino que no se hubiera dado un paso sin su aprobación. “Cuando anunciamos la película, y todo mundo se enteró de que estábamos ignorando todas las películas a excepción de la primera, descubrí que había fans de la vieja escuela que decían, ¡bien!”, recuerda Turek, “y estaban los otros fans que decían: ‘¿Qué? ¿Qué pasó con Danielle Harris? ¿Qué pasó con todos los otros?’”.

En esta nueva cinta, Michael escapa tras 40 años de encierro, cuando un programa de televisión que intenta descubrir qué pasó esa noche lo lleva de vuelta a Haddonfield. “Es la historia de tres generaciones de las Strode, de cuánto afectó a Laurie esa noche y del incidente que las une de nuevo,” dice Turek. “Laurie tiene una hija, y una nieta [interpretadas por Judy Greer y Andi Matichak], y el retorno de Michael altera eso, y las acerca. Es un gran gancho, muy emocional”.

Myers, por lo pronto, sigue siendo un enigma: una fuerza de la naturaleza, tal vez sobrenatural. Sin embargo, para las autoridades no queda nada que decir o hacer acerca de él, y así Laurie acaba por tomar el papel del Dr. Loomis. “Él entendía el verdadero horror que es Michael Myers”, nos revela Curtis. “Es la nueva Loomis porque es la única que sabe que va a regresar. Y nadie, ni su hija, el esposo de su hija, sus amigos y exesposos, nadie le cree”.

Por supuesto, Curtis había regresado ya al papel en Halloween H20: Veinte años después (1998) y, brevemente, en Halloween: Resurrección (2002), de nuevo dirigida por Rosenthal. Sin embargo, la actriz no ve en ello inconveniente alguno. “En esta película hemos tomado unas tijeras con mucho cuidado, y hemos recortado las otras historias, que pueden existir por sí mismas, pueden disfrutarlas. Son irrelevantes para ésta. Está Halloween, y está Halloween cuarenta años después”.

Todo queda en familia

La cinta promete guiños aquí y allá para los fans, además del indispensable tema compuesto por el propio Carpenter para la original. La presencia del Maestro del Terror en el set ha resultado tan inspiradora para el crew como la de Curtis: al final, todos son su familia. “Ha sido muy importante tenerlo aquí con nosotros, por el legado familiar y porque las notas que nos proporciona son profundas”, confiesa Turek. “Ha vivido con Michael Myers por años… por décadas”.

En realidad, Charleston en Carolina del Sur –lugar donde esta vez se ha recreado a Haddonfield y que tenemos oportunidad de visitar– no resulta mucho más parecida a Illinois que California en la cinta original: el calor es húmedo y, aunque no hace mucho frío en realidad, fue una sorpresa saber que tuvieron tormenta de nieve unos días atrás. Sin embargo, es el típico pueblo de casas de ladrillo, de columpios colgados de los árboles cubiertos de musgo y en el que los niños andan en bici ya entrada la noche.

“Huerto de calabazas embrujado”, reza un letrero colocado en el jardín de una de las casas. “Tan sólo conseguir ese ambiente de Halloween ha sido divertido,” continúa Turek. “Hubo un día en que teníamos a los extras todos disfrazados, y en cuanto los vimos salir a la calle dijimos, ¡eso es! ¡Es Halloween en enero!”

“Todos están haciendo esta película por el mínimo, incluso yo, y estamos intentando preservar la integridad de la franquicia, de los personajes y de la narrativa. Incluso la cinematografía es muy similar a como era en 1978,” concluye Curtis, mirando a ese crew compuesto de jóvenes entusiastas. “Hay mucha integridad y si estoy de regreso es porque tengo respeto por Laurie, y por Halloween y por la gente que la hace”.

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