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Especial TV 2018 / Parte I octubre 4, 2018 9 min.

Un espejo para la Revolución

El panorama televisivo actual ya no es sólo un espacio para contar historias escapistas. La llamada “caja idiota” se ha convertido en el medio predilecto para las narrativas diversas, progresistas e inclusivas.
Quienes habitamos este momento histórico estamos atestiguando cómo las historias, voces y perspectivas silenciadas en el pasado están ocupando los reflectores. Las voces de las mujeres, las de personas con un color de piel distinto al “blanco” y las de quienes cruzan fronteras buscando mejores oportunidades de vida están marcando el paso en el mundo del entretenimiento. La forma en que conocemos nuestro propio contexto y el del resto del mundo a través de Internet (especialmente, en las redes sociales) han propiciado un cambio sin precedentes en la narrativa cultural.

La televisión está demostrando ser un espejo de la revolución de las ideas que tiene lugar en la discusión pública. El caso del movimiento #MeToo, que comenzó con los señalamientos hechos por varias actrices de los abusos del productor Harvey Weinstein, produjo una ola expansiva que animó a muchas otras mujeres de la industria del entretenimiento (y a algunos hombres también, como Brendan Fraser y Terry Crews) a denunciar públicamente la violencia sexual.

La respuesta de las producciones de shows que contaban con la participación de agresores ha sido despedirlos sin contemplaciones: la salida de Kevin Spacey de House of Cards fue una jugada que hasta hace poco no se creía posible. La mitad de este mérito le pertenece al público de las redes sociales, cuya discusión y exigencia dentro de esos espacios ha sido fundamental para que se comprenda la gravedad de esas acusaciones, y lo que implica su rechazo. The Handmaid’s Tale, cuya aparición no pudo ser más oportuna (salió al aire justo cuando Donald Trump, señalado también como un agresor sexual, fue elegido presidente), no sólo presenta una narrativa que resuena a la perfección con el miedo que las mujeres tienen de perder sus derechos, sino que ha tomado medidas especiales para crear un ambiente de trabajo seguro para todas sus participantes, delante y detrás de cámara.

Las series Unbreakable Kimmy Schmidt, One Mississippi y el especial de stand-up de Hanna Gadsby, Nanette, son dos ejemplos de cómo la comedia puede también ser parte de esa discusión de forma original, disruptiva e, incluso, emotiva y significativa. Incluso Black Mirror y su episodio USS Callister hizo una buena reflexión en torno al acoso y la cultura gamer.

También están surgiendo conversaciones más matizadas, pero igualmente necesarias, en torno a lo que significa el consentimiento, a raíz del caso de una mujer que tuvo una cita incómoda con Aziz Ansari. Jeffrey Tambor, el renombrado actor de Arrested Development y Transparent –de la cual fue despedido– fue confrontado por su dinámica de trabajo agresiva, que, si bien no entra en la categoría de abuso sexual, reveló la necesidad de discutir cómo es que la cultura solapa y tolera las conductas masculinas nocivas, aquellas que acaban minimizando la voz, la experiencia y una mayor participación en los medios de mujeres como Jessica Walter (su coprotagonista en Arrested Development).

Televisión verdaderamente a color

Por otro lado, movimientos como #BlackLivesMatter han ido a la par de una mayor presencia de personas negras tanto en la pantalla como en la creación de contenidos para la televisión que reflexionen en torno a sus condiciones políticas. Tal es el caso de Dear White People o del defensor Luke Cage, que, junto con Jessica Jones, le ha devuelto la responsabilidad política a la superheroicidad.

También, el anunciado regreso del universo de Buffy, la cazavampiros tomará la forma de una nueva slayer de raza negra, porque para estacar chupasangres el color de la piel es irrelevante. Y en lugar de que las series con protagonistas de origen asiático o latinoamericano viviendo en Estados Unidos aborden únicamente su condición de migrantes, cada vez es más frecuente encontrar historias con un rango más amplio que los represente, como Fresh Off the Boat, Jane the Virgin y Brooklyn Nine-Nine.

Lo más importante es que esto se debe a que semejantes historias ya no necesitan del Hombre Blanco Heterosexual autorizado por Hollywood para alcanzar una audiencia más amplia: las personas negras y de origen latinoamericano y asiático están alcanzando las tribunas de creación, decisión y representación que antes les estaban negadas. Hoy, estas historias son realizadas por quienes las viven día a día, y están hechas, sí, para mostrar al resto del mundo cómo se vive dentro de estas otras realidades, pero también para dejar que quienes están creándolas encuentren su propia voz, al tiempo que entretienen y conectan con el gran público. Esas voces (en varios casos: nuestras voces) son las que están haciendo la revolución, porque no hay otra manera. Como dijo Ursula K. Le Guin en su novela Los desposeídos:

“No puedes comprar la revolución. No puedes hacer la revolución. Sólo puedes ser la revolución. Está en tu espíritu, o no está en ninguna parte”.

Esta edición anual de nuestro especial televisivo se lo dedicamos en gran medida a esas historias que no están haciendo la revolución: son la revolución.

Atlanta. Esto es el mundo

Cuando Donald Glover decidió dejar la sitcom Community, muchos de los fans de la serie quedaron profundamente defraudados. Sin embargo, con el tiempo, Childish Gambino –su alter ego rapero– ha demostrado que dejar aquel show fue la mejor decisión de su carrera. Por un lado, su extremadamente poderoso video musical de la canción “This is America” se convirtió en una entretenidísima pieza de videoarte que, a través de imágenes metafóricas y literales, expuso la hipocresía mediática de una sociedad aparentemente alegre y brillante, pero con profundas raíces racistas y violencia armada.
El director de aquel video, Hiro Murai, es el principal cómplice de Glover también en el programa que este último creó: Atlanta. La serie es, al centro, una exploración y denuncia del supuesto sueño americano: el “trabaja duro y triunfarás” no siempre es posible cuando las condiciones sociales están puestas absolutamente en tu contra.
Sin embargo, además de exponer esos temas –que resultan sorpresivamente relevantes para México, aun cuando se trate de una sociedad aparentemente muy diferente–, el show es muy divertido. Su humor seco, irónico y basado principalmente en el choque entre estereotipos funciona y nos hace reflexionar, así hayamos crecido en Atlanta o en la multiculturalidad y diversidad socioeconómica mexicana.

Supergirl. La chica del futuro, en los temas de hoy

Los temas de inclusión y representación siempre han estado al frente del trabajo de Greg Berlanti. “Siempre he intentado hacer a mis shows relevantes de alguna forma”, le dijo el creador de Supergirl, Arrow, Flash y director de Yo soy Simón a The Hollywood Reporter. “Así sea con actores abiertamente homosexuales que interpretan a heterosexuales o al revés”. Apropiadamente, ninguno de estos temas de inclusión son el centro de la atención de sus series de superhéroes, sino un elemento más dentro del día a día de gente superdotada, cuyo cometido es uno: salvar el día.

Para la nueva temporada de Supergirl –que continuará lidiando con temas como refugiados y segregación entre extraterrestres y humanos–, Berlanti dará un paso más en esa misma dirección con la inclusión del primer personaje transgénero superdotado en la TV. La actriz que encarnará a Dreamer (cuyos poderes incluyen el conocer la fecha de muerte de la gente) será Nicole Maines, quien además es activista LGBTQ y parcialmente responsable de la ley que en EE. UU. le da la libertad a las personas trans de usar el baño público de su elección.

El anuncio de dicho personaje como parte de Supergirl llegó sólo algunos días después de que la cadena The CW revelara que Berlanti también estará a cargo de una adaptación de Batwoman –que será intepretada por Ruby Rose–, un personaje que, al igual que en los cómics, será lesbiana.

Doctora Misterio

El video en el que se anunció al nuevo Doctor iniciaba con una persona caminando por el bosque. Primero se revelaron sus manos, luego sus ojos. Cuando se quitó la capucha, el sueño de millones de espectadores por fin se cumplió: la nueva encarnación del querido personaje –con la habilidad de regenerarse con una apariencia totalmente diferente cada vez que “muere”– era mujer. “¡Ya era tiempo!”, dicen a la cámara personalidades que van desde Emilia Clarke, hasta Meryl Streep.
“Yo llegué al programa antes de que realmente comenzara el movimiento #MeToo y Time’s Up”, nos dijo Chris Chibnall el nuevo showrunner, cuando nos reunimos con él en Comic-Con 2018. “La conversación siempre fue que la siguiente encarnación sería femenina”, afirmó.
Esa mujer es Jodie Whittaker, una actriz inglesa que ya había trabajado con Chibnall –y con David Tennant, el décimo Doctor– en la serie Broadchurch. Su papel como la protectora del universo y viajera en el tiempo será una nueva oportunidad para renovar el programa, que lleva 55 años al aire.
Sobre el hecho de ser la primera mujer en tomar el papel, Whittaker comenta que “el Doctor está escrito como the Doctor [en inglés, el artículo no describe femenino ni masculino], no hay nada específico de género ahí. El personaje no reacciona de acuerdo a su género. Creo que como estamos tan acostumbrados a ver a un hombre en el personaje, nunca hemos cuestionado si está respondiendo como hombre o como el Doctor. Cada [uno de quienes lo hemos interpretado] ha tenido un acercamiento un poco diferente, pero es porque somos actores diferentes, no porque seamos de géneros diferentes”.
Además de Whittaker y de Chibnall, la nueva temporada contará con tres nuevos pasajeros de la TARDIS (Mandip Gil, Bradley Walsh y Tosin Cole), así como toda una gama de villanos y monstruos nunca antes vistos. “¿Veremos a algún Dalek o un Cyberman?”, le preguntamos a Chibnall. “Nos queda un episodio por filmar y hasta ahora no hemos visto a ninguno… sólo digamos eso. Pero quédense tranquilos, esta nueva temporada es para todos. Así tengas cinco años
o 105, el trabajo del show este año es reclutarte y meterte al maravilloso mundo de Doctor Who”.

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