Emily Blunt / Supercalifragilisticoespialidosa
Ha hecho de todo: drama, comedia, musical y thriller. Sin embargo, en El regreso de Mary Poppins tuvo que lograr algo nuevo: ponerse en los zapatos de un ícono mundial. Platicamos con la actriz durante nuestra visita a los estudios Shepperton en Londres.
¿Creciste con Mary Poppins?
Claro, recuerdo que me conmovió mucho: la idea de esta persona mágica que llega y arregla todo. Recuerdo ese enigma y lo emocionante y reconfortante que era tenerla en la vida de esta familia. Creo que para mucha gente, Mary Poppins es algo emblemático, algo muy representativo de su niñez. Particularmente en Inglaterra y, al parecer, esa fue la razón por la que logramos tener acceso a algunas de las locaciones que usamos en la película. Yo pregunté cómo le habían hecho para conseguir filmar afuera del Palacio de Buckingham y me dijeron: ¡es Mary Poppins! (ríe). Y claro, es cierto, ella y James Bond pueden filmar donde sea en la ciudad.
¿Fue sobrecogedor meterte en sus zapatos dado lo icónica que es?
Tuve un par de momentos así, pero realmente traté de acercarme a ella de la misma forma en que lo haría con cualquier otro papel. Tomo lo que puedo del guion y la vuelvo mía, como siempre hago. Pero sí, creo que cuando estoy al frente de 300 bicicletas afuera del Palacio de Buckingham, de repente no puedo evitar que me pegue: ¡soy Mary Poppins!
Además de andar en bicicleta tienes que actuar, cantar, bailar… ¿Qué parte fue la más difícil?
Creo que cantar no fue un problema porque ya tenía la experiencia con En el bosque, también con Rob Marshall. Cuando apenas comencé a trabajar en aquella sí me moría de miedo porque nunca había cantado frente a nadie. Pero ahora ya sé cómo es trabajar con Rob y sé cuánto se esfuerza en que te sientas cómoda y en confianza. Además, en esta ocasión las canciones fueron hechas específicamente para mí, así que eso fue fabuloso. La actuación me gusta mucho. Pero el baile… eso sí fue aterrador. Fue genial, pero aterrador.
¿Cómo fue trabajar con Lin-Manuel Miranda?
Fui a ver Hamilton tres veces, me obsesioné con el show. Es muy talentoso y tiene muchísima confianza en sí mismo, eso es algo contagioso. Creo que no le tiene miedo a nada y creo que para él ha sido maravilloso estar en esta producción y sólo ser actor. No tiene que escribir, ni dirigir, ni nada.
¿Y Meryl Streep… otra vez?
¡Otra vez! Es mi tercera película con ella (ríe). Ella es la mejor.
¿Cómo es trabajar con Rob Marshall?
Tiene un acercamiento maravilloso para hacer cine. Te hace sentir muy querida. Cuida muchísimo cada aspecto de la película. Le gusta mucho la colaboración, sabe escuchar muy bien y de verdad le importa. Pero también es duro, así que no terminamos de filmar sino hasta que queda perfecto.
Lin-Manuel Miranda / Portador de la luz
Lo primero que nos dice Lin-Manuel Miranda es que hay sueños que ni siquiera él se atrevía a tener. “Esperaba algún día salir en Broadway o en una película”, nos dice el ganador de tres Tonys, tres Grammys, un Emmy, un Pulitzer y creador de Hamilton, una de las obras musicales más exitosas en la historia de Broadway. “Sin embargo, ¿quién tiene la audacia de pensar que algún día formaría parte de una secuela de Mary Poppins?”. Platicamos con el actor sobre su primer papel estelar en Hollywood.
Tu personaje, Jack, enciende las lámparas de la ciudad por la noche y fue aprendiz del personaje de Dick Van Dyke en la original. Él tiene un cameo en el filme, ¿cómo fue filmar con él?
Dick Van Dyke estuvo en el set durante dos días y no había un ojo seco durante su escena. Tiene 93 años y ¡yo quisiera bailar como él! Salta sobre un escritorio y empieza a bailar… es una locura. Pasar tiempo con Dick es como inyectarte cafeína directo en las venas. Él tiene más energía y más fuerza que cualquier persona que haya conocido en mi vida.
¿Cómo se compara interpretar un musical en el set de una película con la experiencia de hacerlo en un teatro lleno de gente?
Es interesante porque la adrenalina viene de lados distintos. Cuando estás haciendo un show a largo plazo, la adrenalina viene 100% de la audiencia. Cada noche lo vas a hacer distinto, dependiendo de la energía que te transmita el público. La adrenalina en un set viene del hecho de que es tu única oportunidad de lograrlo. En esta película sólo estuvimos un día afuera de la catedral de San Pablo o en el Palacio de Buckingham. ¡No íbamos a regresar! Hay sólo una oportunidad de crear algo súper especial. Claro, hay una parte de ti que extraña los aplausos cuando acabas un número (ríe). ¡Ahora tengo que esperar un año y medio para los aplausos!
El director Rob Marshall nos platicó que, en gran medida, el elenco se unió al proyecto por el mensaje que la película transmite. ¿Para ti fue así?
Absolutamente. Creo que la esperanza es súper importante y en este momento la alegría es muy escasa. Fue un regalo ir a trabajar todos los días a este set, especialmente en los tiempos que vivimos. Nos encontrábamos en Londres –en medio del caos del Brexit y las elecciones– mientras filmábamos la película. Era una alegría ir a trabajar todos los días a crear algo que fue diseñado para brindar felicidad absoluta a la gente. Hay una razón por la cual la gente necesita escapar a otro mundo donde cualquier cosa es posible, y espero que esta película cumpla esa promesa.
Hay una brecha de 54 años entre esta película y la original. ¿Cuáles son los mayores retos de una segunda parte tanto tiempo después?
Mary Poppins es atemporal. Los Banks crecen, pero Mary tiene la misma edad. ¡De cierta manera es como Doctor Who! La respuesta a esta pregunta son las maravillosas historias que P.L. Travers escribió que inspiraron la primera cinta y que también inspiraron ésta. Creo que mientras nos mantengamos fieles a este material, vamos a estar bien.