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Chiapas en el corazón diciembre 5, 2018 4 min.

El estado más sureño de México esconde escapadas sin restricciones a hoteles encantadores y pueblos virreinales. Ofrece contacto con el misticismo maya, las culturas indígenas dispuestas a compartir lo mejor de su tradición y hermosos colores naturales que aderezan sus rincones. Pocos lunamieleros están preparados para sumergirse en la maravilla de sus selvas o perderse en las calles de unas de las ciudades más bonitas de toda la República, así que, si buscan una experiencia diferente, esta es la opción ideal. No duden en visitar esta tierra de sabios y aventureros.

San Cristóbal de las Casas

Sin duda alguna, es la joya de la corona y una visita obligada cuando hablamos de Chiapas. Entre sus peatonales se debaten cinco siglos de colonización, etnias, creencias, política y tradición. De todo el mundo viajan personas en búsqueda de su encanto que solo se consigue paseando por sus calles empedradas y casas de colores que, a últimas fechas, se han llenado de cafés y librerías para disfrutar sus tardes frías. Y decimos frías porque San Cristóbal es el epicentro de los Altos de Chiapas, montañas a más de dos mil metros sobre el nivel del mar donde comunidades indígenas se han asentado desde cientos de años atrás. Entre los cerros, esta ciudad ofrece artesanía, tejidos, texturas, olores y sabores del México profundo que no se ha dejado conquistar.

Una de sus insignias es la Catedral, una iglesia amarilla que sorprenderá a sus seguidores de Instagram. Muchos establecimientos se concentran en las vías aledañas al Zócalo. Ahí podrán probar café de olla y un rico pan. En la calle de Honduras se encuentra el mercado, donde además de vender de todo un poco, se trata de uno de los lugares más auténticos para comer. Tacos, tamales de iguana, quesadillas, entre muchas otras recetas locales y de todo el país.

No se pierdan la Iglesia de Santo Domingo, un excelente ejemplo del barroco mexicano. El museo instalado en el antiguo claustro explica la historia de San Cristóbal y expone tesoros mayas. Y, para adornar su nuevo hogar, no olviden comprar algo en el Mercado de Artesanías.

San Juan Chamula

A solo 20 minutos de San Cristóbal, es posible palpar una de las comunidades indígenas más arraigadas de todo México. Se trata de un municipio que tiene su propio sistema de gobierno desde hace casi quinientos años. Su iglesia, dedicada a San Juan Bautista, es el mejor ejemplo del sincretismo entre la cultura hispánica y los ritos de nuestros pueblos originarios. Los curanderos rezan y entregan ofrendas para acabar con las enfermedades en tzotzil y tzeltal, las dos lenguas mayas más habladas en la zona.

Reino natural

Setenta millones de años antes de que los mayas llegaran a esta tierra, las paredes del Cañón del Sumidero estaban formándose. Hermosísimos e imponentes muros de piedra, testigos de toda una historia, hoy resguardan una fauna y una flora únicas: cocodrilos, monos arañas, ocelotes y miles de pájaros los acompañarán en su visita. Y es que no debemos olvidar que Chiapas es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo, al contar con más especies de aves que todo Europa, por ejemplo.

La mejor manera de aventurarse hacia este viaje geológico es en los embarcaderos de Chiapa de Corzo, uno de los Pueblos Mágicos más bonitos de la zona. Paseen por sus calles y tómense una foto en La Pila –en medio de la plaza principal–, una fuente de estilo mudéjar construida con ladrillo rojo, muy característica del lugar.

Comitán de Domínguez

En este poblado de origen tzetzal y arquitectura virreinal van a amarse más el uno al otro. Además de pasear, este es el momento de sacar al aventurero que llevan dentro en los lagos de Montebello. Ahí encontrarán lindas cabañas para que se dediquen solo a ustedes. Visiten también el Chiflón, un paisaje natural con bellas cascadas. Y por nada del mundo se pierdan Tenam Puente, un sitio arqueológico de la cultura maya menos conocido, pero no por ello menos fascinante, localizado en el hermoso Valle de Balum Canan.

Todos los rincones de Chiapas desbordan verdor y naturaleza admirable. Deléitense con sus bellezas.

Lacandona y arqueología

La selva Lacandona es uno de los pulmones más importantes de todo México. Además, bajo sus árboles se encuentran tres de las zonas arqueológicas más impresionantes de todo el mundo maya. Por un lado, el famosísimo Palenque, a pesar de estar lleno de turistas, es uno de los mejores representantes del período Clásico de esta civilización prehispánica. La única recomendación es llegar lo más temprano que puedan para aprovechar la visita y huir, en la medida de lo posible, del implacable sol.

Bonampak, por su parte, es otra zona arqueológica resguardada por los lacandones. Las paredes de sus pirámides tienen algunos de los frescos mejor resguardados de toda la antigüedad mexicana. Y, por último, pero no menos interesante, anímense a conocer Yaxchilán, ciudad maya construida a la orilla del río Usumacinta. Viajen en pequeñas embarcaciones típicas y déjense atrapar por la magia de los dioses para que su amor dure para siempre.

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